sábado, abril 20, 2024

CREATIVIDAD 2024 - WCIW.BA.ZN - ADHESIONES X - UNA NUEVA MIRADA SOBRE EL MUNDO INDIGENA por Ma. Esther NOSTRO

 UNA NUEVA MIRADA SOBRE EL MUNDO INDÍGENA . ¿PORQUÉ AHORA?

Por María Esther Nostro


En estas épocas de calentamiento global y peligro de extinción hasta de la misma

humanidad por obra del hombre, vale recordar las palabras de Joseph Epes Brown en

su libro El legado espiritual del indio americano: “Si … somos capaces de comprender

las verdades que el indio encuentra en sus relaciones con la naturaleza y los profundos

valores reflejados en sus muchos ritos y símbolos, entonces nosotros podremos

enriquecernos, nuestra comprensión adquirirá profundidad y podremos dar al indio

americano el lugar que le corresponde entre las grandes tradiciones de la humanidad”

Tantas veces perseguida, banalizada y/o demonizada, la espiritualidad de los pueblos

amerindios son una elocuente demostración de los esfuerzos humanos en busca del

sentido trascendente de la existencia.

Dice Alce Negro, hombre de conocimiento sioux, que “(…) la paz(…) entra en las almas

de los hombres cuando ellos se dan cuenta de la relación y su unidad con el universo y

todos sus poderes, y cuando se dan cuenta que en el centro del Universo mora Wakan

Tanka –el Gran Espíritu- y que este centro está realmente en todas partes, está dentro

de cada uno de nosotros”

Las razones del olvido

A la llegada de los españoles en 1492, el continente americano contaba con una

población de, según las estimaciones moderadas, entre 40 y 60 millones de

habitantes. Esta población venía produciendo desde largo tiempo atrás varias

civilizaciones o altas culturas con importantes centros urbanos que causaron la

admiración de los recién llegados europeos.

Baste recordar los informes de Hernán Cortés al emperador Carlos V equiparando

cada ciudad transitada en su camino a Tenochtitlan con alguna gran urbe de la

península ibérica o su asombro ante la capital de los aztecas. Lo mismo que

manifiestan los cronistas que acompañaron a Francisco Pizarro frente a la imponencia

y riqueza del imperio incaico. Todos ellos ignorantes, claro, de las grandes culturas

previas a su llegada, como , y solo a título de ejemplo, el esplendor y desarrollo de

los olmecas y mayas en el actual México o los de mochicas, caralinos ( cuya


monumental capital, la ciudad de Caral se desarrolló entre el 2.500 y 1.800 a.C ) y

tiahuanacotas en territorios de Sudamérica.

Pero la misión, además de la obtención de riquezas, era la continuación

de la cruzada religiosa contra el infiel que Castilla acababa de concretar con la

expulsión de moros y judíos de la Península y la persecución de herejes por medio de

la Inquisición.

No es de extrañar entonces, que toda creencia o práctica de los indígenas que no

pudiera de alguna manera asimilarse a la doctrina cristiana, fuera calificada de

diabólica y hereje. De allí los esfuerzos, muchas veces brutales, por erradicar en primer

término los ritos y templos aborígenes y luego borrar de la memoria colectiva los

contenidos de esa espiritualidad ancestral.

Al cabo de algo más de 500 años, sin embargo, nuestra mirada, ya desprovista de

prejuicios, se vuelve sobre el mundo indígena para valorar esa cosmovisión

prehispánica, heredada, a pesar de todo, por sus descendientes de todo el continente

y que llevó a más de un estudioso a la convicción de que la espiritualidad de los

pueblos indoamericanos es una cabal demostración del esfuerzo del alma humana por

elevarse sobre la materia y aspirar a una consciencia superior.

De la Pachamama a Wakan Tanka

Para Joseph Epes Brown, investigador a través del cual el anciano sioux Alce Negro dio

a conocer las creencias y rituales de su pueblo, la carencia de escritura más que una

desvalorización de la espiritualidad indígena es casi una redundancia en su carácter no

discursivo donde “las ideas y valores, reflejados en un mundo de formas y símbolos,

son espontánea e íntegramente vividos”

En más de una oportunidad, ante la pregunta sobre qué es la Pachamama , hemos

recibido la siguiente respuesta : “La Pacha es todo”. Cuatro palabras con la que se

expresa la noción de totalidad y absoluto, lo que no significa la exclusión de la noción

particular de Madre Tierra, proveedora de alimentos a la vez que receptora de

nuestros despojos mortales.


Se trata, en este caso, de una noción más amplia, que explica la pareja identidad de

todos los seres de la creación en tanto seres vivientes. La Pacha así concebida es ese

principio que hace posible el Ser en el universo. Es la vida misma, donde el hombre es

uno más en la naturaleza. No está para dominarla sino para ser parte de ella junto a la

“nación piedra” y el “abuelo fuego”.

En el otro extremo del continente, el indígena norteamericano se expresa de manera

similar: en 1854 , el jefe Seattle, en cuya memoria se bautizó la capital del estado de

Washington, respondió negativamente a la oferta de compra de sus tierras por parte

del gobierno federal alegando que “la tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos

a ella. ¿Cómo se puede vender algo que no es nuestra propiedad?”

Al mismo tiempo, debido a las numerosas migraciones en territorio norteamericano y

los contactos culturales entre pueblos a lo largo del tiempo, la idea de un Ser Supremo,

Gran Espíritu o Wakan Tanka, quien a la vez que da el ser, habita en todos los seres del

universo, nos remite a la misma noción de sacralidad de todo lo creado.

El hombre no es plenamente tal, afirman los sioux, hasta que no comprenda este

misterio.


MARÍA ESTHER NOSTRO 

Lic. en Ciencias Antroñogicas UBA

Psgrado en Antropología Social INAPLL-FULLBRIGHT

Posgrado en Gestión Cultural, Patrimonio y Turismo Sustentable

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