CECILIA MATACH
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| CECILIA MATACH -Arte Textil con hilos y telas |
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HILDA D'AIELLO
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En las noches de luna llena el viejo marinero se sienta junto a la ventana, y mientras fuma su pipa espera pacientemente hasta verla pasar.
Primero es un resplandor sobre los médanos que se va corporizando a medida que desciende. Los rasgos de su cara y las formas de su cuerpo desaparecen bajo la cascada de su cabellera y la deslumbrante túnica blanca. El viento sopla sin rozarla, mientras ella camina con paso lento hacia la playa.
Desde su sitio, inmóvil, él la sigue hasta que la figura de la muchacha se deshace en espuma. Y entonces su mirada se hunde en el mar.
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| ALICIA GOROSPE - Luz y Esperanza - Acrílico |
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SILVIA GIURLANI
Paz, Arte y Creatividad. Obras que Inspiran.
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| IRENE DE FUSCO - La caballeriza . Óleo Homenaje a P,Pueyrredón |
RENÉE ESCAPE
“Pinceladas… en inspiración”
Cuento
Corrían los años setenta y un mes de marzo muy bonito, ofrecía climas templados, aún muy verdes y frescos.
-¿Por qué, papá,? ¿Por qué estás aquí sentado, con tu pipa, sin hacer nada?
-Estoy pensando….
-¿En qué?
-Cuando pienso…. Necesito concentrarme para un nuevo cuadro.
-Pero mirá qué preciosa está la tarde. La higuera está repleta de hojas verdes, los pájaros cantan a rabiar. La parra está tupida y atestada de uvas ya maduras. No hace ni frío ni calor. El aire es afuera, muy puro, y se siente el perfume riquísimo del jazmín del país, de la enredadera que… fijate, ¡Qué verde está!
-¿Y?
-Noo, digo, que con tanta cosa hermosa en el patio…. Ahí tenés la puerta abierta de par en par… ¿No te inspira hacer un paisaje verde, con el cielo azul intenso como ése que ahí se ve?
-No.
-¿Cómo que no?
-Todo lo contrario… si el día es bonito, si todo está marchando bien, me deprimo…
-Jjajaja. ¿Cómo es eso, papá?
-Así es, Inesita. Necesito sentirme triste, para que se me ocurran obras. Los días grises, las lluvias finas, el invierno lúgubre. Los recuerdos de angustias, me inspiran …entro en introspección, me motivo, y me es más fácil pensar en diferentes modos de pincelar en esas telas. A veces, tengo telas nuevas, blancas, grandes, con la paleta con pinceles de Martha suaves y pomos de óleo con los colores que había deseado utilizar… Llego a casa con el entusiasmo de realizar con esos materiales una obra maestra….
-Y… ¿No te dan ganas?
-No. Me quedo frente a ese blanco impoluto, como si mi mente, también estuviera igual… de blanco. Y, capaz, tenga una madera grande, donde había una textura, de algo hecho fracasado a la espátula, que machonee de negro y quedó sucia, relegada en un costado del armario…medio rota en los bordes. Afuera probablemente se sienta zumbar el viento, las hojas caer como tristes papeles débiles, sin pájaros, que ya hace rato, estén durmiendo en sus nidos…. Imagino al cielo plomizo, y me siento incómodo, con las manos heladas en un taller desordenado … Es el momento ideal, para la gran obra. Mi obra maestra. Así hice ese cuadro grande que me premiaron.
-Ah… Sí, recuerdo cuando lo hiciste. Hasta te viniste hasta aquí, a la cocina, porque no aguantabas el frío del taller y encendiste las hornallas para calentarte. Me pediste, te hiciera un té. Sii, y la mente me borboteaba de ideas que fluían junto con la incomodidad.
O, por ejemplo…. ¿Te acordás esa figura del monje que pinté en rojizos? ese cuadro grande, que encantó a varios y finalmente terminé vendiéndoselo a ese juez?
-Ah… sí, me acuerdo. Nos dio pena venderlo… ¡Era hermoso ¡repleto de misterio!
-Bueno, a ése, lo pinté esa tarde tremenda de viento Zonda, cuando cerramos toda la casa y duró todo el día, se había cortado la luz y lo terminé justo esa noche, porque ya llevaba un mes pintándolo y me había dado la inspiración de terminarlo a como diera lugar… y lo rematé ¡con dos velas encendidas para poder ver lo que pintaba”!
Silencio largo….
Estábamos en la cocina de casa y mis apenas dieciséis años, eran más que suficientes, para comenzar a comprender a mi padre artista. Me quedé pensando, si los días bonitos como los que en esos momentos respirábamos, serían inspiración para otros… para escribir un cuento, un poema o hacer algún cuadro, los artistas plásticos. Quizá sí, sino de lo contrario… ¿Cómo se reproducirían obras con paisajes bellísimos de verdaderas estampas que parecían fotografías …pintadas antaño, cuando el arte figurativo primaba en la vanguardia?
Mi padre no era tan figurativo. Él era expresionista, impresionista, y tendía mucho a los abstractos y a figuras humanas o naturalezas muertas, de pinceladas coloridas, realmente expresivas… con intenso vigor, carácter y gran personalidad.
Salí al patio a respirar el aire fresco… El de la cocina, ya se había ahumado demasiado con la… pipa de papá.
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